¿Quién fue Frida Kahlo? "¡Viva la vida!". Frida Kahlo puso estas palabras en uno de los últimos cuadros que pintó. Fueron palabras que mantuvo en su cabeza y en su corazón durante toda su vida. Cuando solo tenía dieciocho años, Frida sufrió un terrible accidente de autobús. Sus heridas eran muy graves, y al principio nadie sabía si sobreviviría. Tuvo que guardar cama durante meses. Tenía varios huesos rotos y sufría mucho. Pero era una persona fuerte y obstinada, y estaba decidida a mejorar.
En el momento del accidente, Frida estaba estudiando para ser doctora. Era inteligente y curiosa y le encantaba la escuela, pero sus lesiones le impedían ir a clases. Aburrida de tener que estar en cama mientras se recuperaba, le pidió a su padre que le prestara sus pinturas y pinceles. Pintó muchos cuadros durante este tiempo. Pero pronto se dio cuenta de que no quería ser doctora, sino artista. El accidente que le causó dolor y sufrimiento durante toda su vida también la inspiró. Pintando, pudo superar los momentos difíciles. Era una persona fuerte y valiente que estaba decidida a no dejar de decirle al mundo: ¡Viva la vida! Capítulo 1: La pequeña Frida Magdalena Carmen Frida Kahlo y Calderón nació el 6 de julio de 1907 en Coyoacán, México.
Su padre era Guillermo Kahlo. Había emigrado a México desde Alemania en 1891. Su madre era Matilde Calderón y González. Era mexicana, y su familia descendía de sangre india americana y española. Frida nació en la Casa Azul, una casa que su padre había construido para su familia en 1904. Se llamaba así porque el exterior de la casa estaba pintado de un azul brillante. La casa se convertiría en una parte importante de la vida de Frida. Su padre tuvo varios trabajos después de mudarse a México.
Pero cuando se casó con la madre de Frida, ella lo convenció para que se convirtiera en fotógrafo, que era lo que su padre había sido. Resultó que Guillermo Kahlo fue muy buen fotógrafo y tuvo mucho éxito. El gobierno mexicano le pidió a Kahlo que tomara fotografías de los paisajes y edificios históricos de México. Durante unos cuatro años viajó por todo México y tomó cientos de fotografías. Frida creció mirando las fotografías de su padre. Las fotos le ayudaron a aprender sobre la historia, el arte y la arquitectura de México. Pero Frida no solo sentía curiosidad por conocer la historia, el arte y la arquitectura del país en el que había nacido. También quería aprender sobre la naturaleza y la ciencia.
Frida siempre traía a casa piedras, insectos, plantas e incluso pequeños animales. A su madre no le hacía mucha gracia tener bichos y ranas en casa, pero a su padre le parecía fantástico. Quería que su hija aprendiera todo lo posible. Frida tenía tres hermanas: Matilde y Adriana, que eran mayores, y Cristina, que era menor. Pero ella era sin duda la favorita de su padre. Él pensaba que Frida era la más inteligente y la más parecida a él. Al padre de Frida le gustaba pintar cuando no estaba ocupado tomando fotografías. A veces se la llevaba con él cuando iba al campo a pintar.
Ella lo observaba cuando usaba sus pinturas y pinceles. Cuando Frida tenía seis años, contrajo una grave enfermedad llamada polio. La poliomielitis es una enfermedad que afecta el cerebro y la columna vertebral, y a veces deja a las personas paralizadas. Frida sobrevivió a la poliomielitis, pero tardó mucho tiempo en recuperarse. Tuvo que permanecer en su habitación de la Casa Azul durante casi nueve meses. Era difícil para alguien tan curiosa y enérgica como ella estar atada a una cama. Pero se inventó un amigo imaginario que le hacía compañía cuando estaba sola. A causa de la poliomielitis, la pierna derecha de Frida se debilitó y adelgazó.
Pero sus padres no querían que dejara de hacer cosas por su pierna. Jugaba al fútbol, luchaba, boxeaba y era campeona de natación. Todo esto era algo que las niñas no solían hacer en México a principios del siglo XX. A pesar de todo el ejercicio, la pierna de Frida no se fortaleció. Los niños de su barrio y de la escuela se burlaban de su pierna. La llamaban "Pata de Palo". Frida les respondía gritándoles. Estaba decidida a no dejar que el apodo o su pierna débil la detuvieran.
Mientras crecía, Frida usaba pantalones, vestidos largos y faldas para ocultar su pierna. También llevaba tres o cuatro pares de calcetines y un zapato especial. No quería que nadie supiera que era diferente, que se burlara de ella o que sintiera pena por ella. Capítulo 2: Un ejemplo de espíritu Aunque Frida había faltado mucho a la escuela debido a su enfermedad, era una buena estudiante y sacaba buenas notas. Tenía memoria fotográfica, lo que significaba que podía imaginarse algo en su cabeza después de haberlo visto o leído. También le resultaba fácil aprender idiomas, y era capaz de leer y hablar español, inglés y alemán. Los padres de Frida tenían claro que su hija era muy inteligente y que le encantaba aprender. Por ello, aceptaron que asistiera a la Escuela Nacional Preparatoria de la Ciudad de México.
Era la mejor escuela secundaria del país. Así que cuando tenía quince años, Frida y otras treinta y cuatro chicas se unieron a una escuela con dos mil chicos. Pero Frida no tenía miedo ni estaba preocupada. Sabía que era inteligente y que le iría bien. Frida estaba fuera de casa por primera vez. Eso le abrió los ojos, la cabeza y el corazón a muchas cosas nuevas. La gran y bulliciosa capital había estado en el corazón de la Revolución Mexicana, que duró desde 1910 a 1920. Los amigos que hizo, las cosas de las que hablaban y lo que aprendía en clase cambiaron su vida.
Ya no era Frida Pata de Palo. Sus compañeros la veían como una chica inteligente, divertida y traviesa que podía hacer cualquier cosa que se propusiera. Frida tomó todo tipo de clases en el instituto. Sus asignaturas favoritas eran Ciencias y Matemáticas. Aunque su padre y su abuelo habían sido fotógrafos, ella decidió que quería ser doctora. Eso era inusual para una joven en México en aquella época. No sería fácil y llevaría muchos años, pero estaba decidida a lograrlo. Aunque Frida y sus amigas estudiaban mucho, también les gustaba divertirse, especialmente a Frida.
Ella se unió a un grupo llamado las Cachuchas. Este era el nombre de las gorras rojas especiales que todos llevaban. El grupo estaba formado por siete chicos y dos chicas. El líder del grupo era Alejandro Gómez Arias, quien se convirtió en el novio de Frida. A Frida le encantaba salir con sus amigos. Gastarle bromas a la gente, era lo que más les gustaba. Frida era popular en el grupo porque era muy atrevida y valiente. No le importaba meterse en problemas.
Le gustaba ser alborotadora y molestar a sus profesores. Después de la revolución, una de las primeras cosas que hizo el nuevo gobierno mexicano fue contratar a artistas para que pintaran grandes escenas en las paredes de edificios para que todo el mundo las viera. Estas pinturas, llamadas murales, mostraban la historia de México. El nuevo gobierno quería ayudar a los mexicanos a comprender su pasado, a hacer que se sintieran orgullosos de su país y darles la esperanza de un futuro mejor. Un día, un artista llamado Diego Rivera vino a la escuela de Frida. Diego Rivera era muy famoso por sus murales, y era un honor para la escuela tenerlo allí. A Frida no le importaba que fuera famoso. A ella le gustaba llamarlo "viejo gordo" mientras él trataba de trabajar.
Frida también hacía cosas como robarle comida de su fiambrera y ponerle jabón en las escaleras para ver si resbalaba y se caía. Frida se metió en tantos problemas que la expulsaron del colegio. Pero ella sintió que esto era injusto, y decidió hacer algo al respecto. Llevó su caso directamente al Ministro de Educación Pública. ¡Qué cosa tan increíblemente valiente! El Ministro aceptó que Frida volviera a la escuela. Pero eso no cambió su comportamiento. Volvió a la escuela y siguió haciendo tonterías y locuras. Los años de instituto cambiaron a Frida y fortalecieron su decisión de mantenerse fuerte y conseguir lo que quisiera.
Estaba en camino de convertirse en doctora. Frida sentía que tenía muchos motivos por los que luchar y vivir. Pero todo eso cambiaría pronto.